Los pequeños y discretos vehículos eléctricos de reparto (VE) están trastornando el negocio de la logística, como parte de una nueva y apasionante solución al problema de la última milla. Son el último eslabón entre los clientes y los megaalmacenes y camiones pesados que constituyen la columna vertebral de la logística moderna.

Trasladar grandes cargas desde los almacenes regionales a las ciudades es un proceso conocido. El problema de la última milla surge cuando los pedidos se entregan después a clientes individuales. Las distancias pueden ser cortas, pero las calles son estrechas y están congestionadas. Y la presión en las ciudades es cada vez mayor, no sólo para reducir las emisiones de los vehículos mediante su electrificación, sino también para reducir el impacto visual y acústico de los vehículos de reparto.

La presión de los costes también es importante. El espacio en las ciudades escasea y, por tanto, es caro alquilarlo o comprarlo. Los almacenes tardan tiempo en construirse, y pueden llegar a ser menos útiles a medida que cambian los patrones de la demanda. Por último, están los clientes. Antes, podían estar dispuestos a pagar una prima por una entrega en 48 horas. Ahora esperan la entrega al día siguiente, o incluso el mismo día, con poco o ningún coste adicional.

Introducción de centros de distribución de última milla

La última milla exige bajos costes y emisiones, además de alta flexibilidad y eficiencia, todo al mismo tiempo. Realmente es un reto. Los VE ya se han identificado como una parte de la solución. La otra son los centros de distribución de última milla. Éstos aceptan un camión cargado de pedidos individuales para su rápido transbordo a VE para su entrega al cliente.

Los centros de este tipo no tienen por qué ser grandes ni permanentes. Tampoco necesitan mucho equipamiento. Pueden ser como pequeños depósitos emergentes, alquilados quizá por unos días o incluso horas, con poco desembolso de capital.

Cómo funciona el modelo

“El modelo funciona así”, dice Niklas Persson, Director de Ingeniería Comercial de VPG. “Los pedidos de los clientes se recogen y empaquetan en un centro logístico tradicional. Primero se agrupan para su entrega a centros individuales de última milla en zonas urbanas estrechamente definidas, y luego para su entrega en el orden más eficiente a los clientes.”

“En el centro de última milla, los envíos agrupados se bajan del camión y se suben directamente al VE para su transporte dentro de la zona estrictamente definida. El centro no necesita mucho espacio para almacenamiento, porque los envíos entran y salen en un solo movimiento. De hecho, todo lo que el centro necesita es un suelo plano y una fuente de alimentación para recargar los VE. Eso es lo que hace que la solución sea tan ágil… y económica”.

Aumentar la rentabilidad en la vida real

Este planteamiento se originó en Holanda, donde las carreteras son muy estrechas y el movimiento ecologista es muy influyente. “La empresa holandesa de comestibles Picnic ya se está beneficiando del sistema”, señala Niklas. “Confeccionan los pedidos de los clientes en un almacén central, segregando los productos a temperatura ambiente y los fríos, y los envían al centro de última milla adecuado para su entrega a domicilio”.

El centro de última milla permite a Picnic ofrecer un servicio rápido, tan importante para los alimentos frescos. El servicio de Picnic se está expandiendo rápidamente por toda Europa, y sus pequeños y atractivos vehículos eléctricos se están convirtiendo en una imagen familiar y bienvenida entre los clientes.

No olvides nunca la seguridad

“Sería fácil pasar por alto un último reto”, observa Niklas. “La velocidad y la eficacia son lo que impulsa el modelo. Pero, ¿qué pasa con la seguridad? Mantener la seguridad mientras se acelera un proceso siempre ha sido un problema”.

Niklas señala que el momento crítico es la transferencia del camión grande al VE más pequeño. “El camión tendrá un descargador, pero el VE es demasiado pequeño para tener un cargador propio. La clave es utilizar una mesa elevadora intermedia. El operario hace rodar la carga desde el camión hasta la mesa elevadora. A continuación, la mesa elevadora coloca la carga a la altura adecuada para que pueda rodar hasta la EV. Esto permite a los operarios trabajar de forma segura y ergonómica, porque nunca tienen que levantarse ni agacharse”.

La mesa elevadora es un complemento excelente para el centro de última milla. No requiere foso ni otras obras, simplemente un suelo adecuado. Entregada e instalada en sólo unas horas, la mesa elevadora puede trasladarse con la misma rapidez a otro centro si su ubicación actual queda fuera de uso.

Se corre la voz…

“En la actualidad, el centro de última milla es un fenómeno principalmente europeo. Pero también hay conurbaciones densamente pobladas en Asia y EE.UU., que se enfrentan a las mismas presiones -de consumo, de costes y medioambientales- que sus homólogas europeas. Creo que el centro de última milla es una solución tan buena que pronto se encontrará en todo el mundo”, concluye Niklas.

Más información sobre cómo Picnic aprovecha las mesas elevadoras en su solución de última milla

Lean mejora la eficiencia en un 44%

El Lean funciona. Las cifras bastan para entusiasmar a cualquiera interesado en la rentabilidad. En tan solo una celda de fabricación, nuestro programa Lean ha aumentado la eficiencia (+44%), reducido las bajas por enfermedad (-27%) y disminuido los desplazamientos de los trabajadores en más del 95%. Flemming Pedersen, Supervisor de Producción en nuestra fábrica de […]

La solución a uno de los mayores desafíos de elevación de Volvo

Un nuevo Centro de Experiencia para la sede de Volvo en Gotemburgo está siendo diseñado por el reconocido arquitecto danés Henning Larsen. Ofrecerá a visitantes de todo el mundo la oportunidad de ver tanto clásicos como vehículos del futuro, incluyendo autos eléctricos y camiones autónomos. ¿Qué tan alto puedes levantar un camión? El diseño exige […]